A mediados de junio pude conocer un museo muy interesante a las orillas de la Bahia de Cheseapeake a donde nos llevaron invitados a varios periodistas y agentes de viajes internacionales como parte de un tour de familiarización por el centro y sur del Estado de Maryland en Estados Unidos.
En el Chesapeake Bay Maritime Museum pudimos aprender como la enorme bahía de Chesapeake ha dado forma durante cientos de años a la vida de las personas que han habitado a sus orillas. Desde el tipo de pesca predominante, los productos derivados de la pesca industrializados que han salido de allí, el arte de la construcción de botes especiales para la recolección de ostras o cómo vivían los hombres que trabajaban en los faros. En la visita del museo nos recibieron algunos voluntarios de la fundación que administra el museo, entre ellos Lloyd Devigne y Frank Graham. Fuimos acompañados además por representantes de turismo del condado de Talbot, de la Oficina de Turismo de Maryland y de la oficina de promoción Capital Region, la cual promociona el turismo para Virginia, Washington D.C. y Maryland.
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En otoño del 2016 tuve la oportunidad de conocer la ciudad de Newark y parte de sus alrededores, llevándome la grata sorpresa que la zona ofrece mucho más que el famoso aeropuerto Newark, uno de los centros de conexiones de United Airlines.
Algo que no me imaginaba era que en el antañón centro de la ciudad existe una zona cultural con museos, centros de arte y universidades. Y entre esas casas de la cultura, el Newark Museum, el cual ofrece 80 galerías de exhibición desde arte clásico o arte africano hasta arte contemporáneo. Los representantes turísticos de Newark me habían contado algo de este museo en las ferias de turismo a las que he ido, pero como dice el refrán "ver para creer" y mis ojos quedaron muy abiertos y sorprendidos al encontrarme con un templo al arte que guarda colecciones tan grandes e interesantes y en especial algunas exhibiciones tan diferentes a las de otros museos tradicionales. Tenía poco tiempo para recorrer el museo, pero pude visitar algunas de las exhibiciones permanentes con las que cuenta, entre ellas la de arte clásico, la de arte africano, la de arte americano, la de artes decorativas, la de arte asiático y una de mis favoritas, la exhibición en honor a una de las familias más destacadas en la historia local: los Ballantine. En esta ocasión quisiera hablarles un poco sobre el hotel Wyndham French Quarter, ubicado a unos pasos del French Quarter o Barrio Francés, muy cerca del distrito de negocios, de varios atractivos culturales y de algunos centros de compras.
Considero que uno de sus fuertes principales es precisamente su ubicación, desde aquí se pueden realizar los paseos de día o de noche al centro histórico de la ciudad visitando cafés, restaurantes famosos o clubs de Jazz. En junio durante una visita a la ciudad de Nueva Orleans tuve la oportunidad de hospedarme en el InterContinental Hotel New Orleans pudiendo realizar un par de inspecciones de sus facilidades y descubrir varias de las ventajas que ofrece hospedarse en este céntrico hotel ubicado en el distrito de negocios, a un par de cuadras del colorido y alegre “French Quarter” y muy cerca del tranquilo y elegante “Garden District”.
¿Qué pasa con Lufthansa? Me repito la pregunta una y otra vez, cada mes que pasa y que esta aerolínea anuncia nuevas y polémicas directrices. Pareciera que en los últimos tiempos y en el año de su 60 aniversario, los directivos de la aerolínea alemana Lufthansa hubieran comenzado una campaña por convertirla en la aerolínea menos popular.
Elevando precios, recortando derechos de equipaje y servicios, peleando con los sindicatos, promoviendo un programa de viajero frecuente y una alianza de aerolíneas poco transparente y poco funcional. Además recortando costos, colocando frías máquinas para hacer el trabajo humano, y ahora como las uvas de la amargura imponiendo un recargo sobre la compra de sus boletos para todo aquel que no los compre directamente a través de su sitio web. La que solía ser una de las mejores aerolíneas se quedó dormida en sus laureles, creyendo que todavía es dios en los cielos y sin querer entender que desde hace un par de años empresas surgidas de los desiertos de Medio Oriente o en los trópicos de Lejano Oriente la han desplazado en clase, lujo, beneficios y lo más importante: en servicio y calidez humana.
A todo contratiempo de la vida hay que tratar de buscarle su lado positivo, especialmente cuando se anda de viaje. Esa ha sido una de mis filosofías y en momentos tensos a bordo de un avión que debe desviarse de su ruta a mitad del Atlántico por problemas climáticos creo que es un buen remedio relajante. Especialmente si se tuvo la suerte de obtener un asiento de ventana y poder disfrutar de la vista de la nueva ruta trazada. Una ruta que seguramente nunca antes se había volado. Esa fue mi experiencia en diciembre del 2013 cuando mi vuelo de United Airlines de Frankfurt a Houston tuvo que desviarse hacia el congelado norte debido a una de las tormentas del siglo que se dieron en el Este de Estados Unidos en ese invierno temprano. Sabiendo que nuestro vuelo se prolongaría más de 2 horas adicionales, me preparé para una jornada de variadas películas que ofrece United en sus pantallas personales de la clase económica en los vuelos transoceánicos, pero nunca me esperaba ver una de las mejores "películas" en vivo que he visto en mi vida. ¡Chicago desde lo alto! A principios de abril, durante el marco de la feria IPW 2014, tuve la oportunidad de visitar el Skydeck Chicago, un mirador localizado en el último piso del rascacielos Willis Tower, el mismo que antiguamente se llamaba Sears Tower, nombre que los ciudadanos de Chicago siguen utilizando ya que nunca gustaron del nuevo. Este piso-mirador cuenta además con 4 cajas o balcones de vidrio llamados The Ledge, que sobresalen un poco más de 4 pies de las paredes del edificio y desde los cuales los visitantes más osados pueden hacer frente a la fobia a las alturas y disfrutar del paisaje urbano de Chicago desde un ángulo vertical y prácticamente bajo sus pies, desde el piso 103 de esta magnífica torre y a 412 metros de altura. Precios y horarios
La vista de Chicago, desde el que fuera en su momento el edificio más alto del mundo es impresionante y con un costo de entrada de tan sólo $19.00, es algo que quien visita la Ciudad de los Vientos no debería perderse. La torre más alta de América con 527 metros totales incluyendo sus antenas y que atrae 1.5 millones de visitas al año, está abierta a visitantes todo el año y tiene un horario para los tours del Skydeck Chicago de Abril a Septiembre de 9am a 10pm y de octubre a marzo de 10am a 8pm.
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AutorEn el blog de viajes de Henning Kretschmer, podrá encontrar reportajes, comentarios o breves notas del Experto en comunicación turística y Travel Journalist, editor de la revista digital revistavivirdeviaje.com Archives
August 2017
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