Definitivamente una de las cosas que más me gustó fue su conveniente ubicación. Cerca de los bancos, del Centro Comercial Riverwalk, del Acuario y del Insectario Audubon y del Centro de Convenciones. Contando con paradas del tranvía exactamente enfrente y además muy cerca del festivo French Quarter.
Precisamente esa ubicación y la cercanía a diferentes atracciones lo hacen un hotel ideal para todo tipo de viajero ya sea ejecutivos de negocios, familias, fiesteros o asistentes a congresos.
El elegante y ecléctico lobby junto al bar me pareció un lugar ideal para comenzar la noche, para un descanso después de un recorrido por la ciudad o para una charla con amigos después de una cena en el restaurante Trenasse.
El restaurante Trenasse ofrece una cocina audaz
En frente tres bolitas de salchicha boudin con salsa meuniere y una jalea de Chile.
Siguiente foto: Atrás un Shoyster Poboy que lleva camarones y ostras empanizadas aderezados con salsa tártara de tomates ahumados y jalapeños.
En frente camarones Jumbo, salsicha Landouille y tortitas de camarón acompañado de pepperjack grits.
Chocolate Trio: Pastel de chocolate caliente, con mousse de chocolate y avellana y una trufa de chocolate y Grand Marnier.
Un triplete de chocolate decadente, pecaminoso y prohibido como casi todo en New Orleans...no hay palabras!
Definitivamente creo que tendré que regresar a Nueva Orleans para alguna de las famosas fiestas de carnaval o Mardi Gras que se celebran a principios de cada año y hospedarme en este hotel, ya que me contaron que precisamente aquí que se dan varios de los más importantes eventos relacionados a la temporada de carnaval y como dice la famosa frase de Lousiana: "Laissez le bon temps ruler" en el InterContinental Hotel New Orleans!