¿Qué pasa con Lufthansa? Me repito la pregunta una y otra vez, cada mes que pasa y que esta aerolínea anuncia nuevas y polémicas directrices. Pareciera que en los últimos tiempos y en el año de su 60 aniversario, los directivos de la aerolínea alemana Lufthansa hubieran comenzado una campaña por convertirla en la aerolínea menos popular. Elevando precios, recortando derechos de equipaje y servicios, peleando con los sindicatos, promoviendo un programa de viajero frecuente y una alianza de aerolíneas poco transparente y poco funcional. Además recortando costos, colocando frías máquinas para hacer el trabajo humano, y ahora como las uvas de la amargura imponiendo un recargo sobre la compra de sus boletos para todo aquel que no los compre directamente a través de su sitio web. La que solía ser una de las mejores aerolíneas se quedó dormida en sus laureles, creyendo que todavía es dios en los cielos y sin querer entender que desde hace un par de años empresas surgidas de los desiertos de Medio Oriente o en los trópicos de Lejano Oriente la han desplazado en clase, lujo, beneficios y lo más importante: en servicio y calidez humana. Pareciera que la fría y corporativa Lufthansa estuviera en épocas magras, la pobre oferta original hecha a las familias de las victimas del avión estrellado de Germanwings pareciera ser una prueba de esto, pero no hay nada más que diste de la realidad.
Lufthansa es una maquina generadora de dinero y parece que sus directivos quieren extraer o retener hasta el último centavo posible de la peor manera: cambiando o disminuyendo el tamaño de la letra de las reglas del juego en los programas de viajero frecuente, cobrando hasta por un gramo de exceso de equipaje o vendiendo el derecho a seleccionar asientos y bueno, casi que hasta por las sonrisas. Entregando en la clase ejecutiva artículos promocionales que consiguen de patrocinadores o reduciendo alimentos en los vuelos internos en Alemania o en los inter europeos. Y ahora lo que faltaba, ganarse la antipatía de las agencias de viajes las cuales tendrán que ofrecer a sus clientes otras empresas aéreas para evitar tener que cobrarle a sus clientes el recargo de $16.00 dólares que Lufthansa impuso a partir del 1ro de septiembre para las ventas de boletos realizados fuera de su propio sistema de reservaciones. Con esta acción, Lufthansa mete a las agencias de viajes minoristas y on-line al rin de combate donde la empresa aérea pretende ganar la lucha con la empresa Amadeus, la mayor distribuidora de servicios de reservación del mundo, utilizada por miles de agentes de viajes, quienes utilizan Amadeus para reservas los vuelos de sus clientes. Dieciséis dólares parecen poca cosa, pero en tiempos donde los clientes buscan ahorrar hasta el último centavo, esta cantidad significa un golpe para las agencias de viaje que luchan por demostrar a los viajeros que aún es más recomendable reservar sus viajes a través de una empresa intermediaria especializada, que mediante la compra directa al proveedor. Mientras tanto asociaciones de agencias de viajes de todo el mundo han comenzado a boicotear a Lufthansa eliminándola de las opciones de resultados de sus buscadores en línea o simplemente no recomendándola a sus clientes. En cuanto a Amadeus, en un comunicado la empresa expresó que sigue creyendo en los valores de la transparencia, neutralidad y la capacidad de comparación, por lo que considera que la acción del Grupo Lufthansa viene a menoscabar dichos valores.
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AutorEn el blog de viajes de Henning Kretschmer, podrá encontrar reportajes, comentarios o breves notas del Experto en comunicación turística y Travel Journalist, editor de la revista digital revistavivirdeviaje.com Archives
August 2017
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