Pero en sus montañas de tierra adentro Honduras esconde centenares de pueblitos antañones, recuerdos de épocas pasadas cuando la mayoría de los hondureños vivían en capsulas montañesas y envueltos en sus propios mundos.
Pueblos fundados por españoles, franceses, italianos y otros europeos enviados por los reyes de España para poblar las Américas. Fundadores que terminaron mezclándose con las mujeres nativas dándose así, el sincretismo cultural y racial del mestizaje que constituye la gran mayoría de la hondureñidad.
De esta manera en cada valle atrapado entre montañas, en cada apartado cerro en la lejanía podemos encontrar palabras, comidas, leyendas, tradiciones y rostros distintos, con "ingredientes" americanos y europeos.
Así hoy en día "pueblear" o visitar esos pueblitos pintorescos es digno motivo de recorrer Honduras en automóvil y disfrutar de paisajes espectaculares que cambian a cada vuelta de carretera. Pueblos con costumbres propias, curiosidades arquitectónicas, historias humanas surrealistas y encantos naturales desconocidos por la mayoría.
Honduras cuenta con una amplia red vial, en su mayoría en condiciones suficientes para escaparse los fines de semana y conocer esos rincones atrapados en los departamentos del interior como Santa Bárbara, Copan, Ocotepeque, Intibuca, Lempira, La Paz, Comayagua, El Paraíso y Olancho.